El fármaco experimental Omomyc ha obtenido resultados positivos de eficacia y de seguridad en su primer ensayo clínico en pacientes con cáncer, donde incluso se registró la disminución de un tumor en una persona.
Omomyc fue desarrollado por el Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (VHIO), que está en conversaciones con empresas farmacéuticas para realizar ensayos clínicos más amplios en 2023. Se tiene previsto hacer estudios en tumores de páncreas, pulmón y mama triple negativo.
El fármaco tiene potencial para mejorar el tratamiento de múltiples tumores. En abril de 2021, la doctora Elena Garralda, directora de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer – CaixaResearch del VHIO, en colaboración con otros dos centros de investigación españoles, inició un ensayo clínico de fase I en el que han participado 22 pacientes para comprobar la seguridad de Omomyc y determinar si había signos tempranos de control del cáncer.
Omomyc redujo 8% un tumor en el páncreas
Los pacientes que participaron tenían diversos tumores sólidos, incluidos cánceres de páncreas, intestino y pulmón de células no pequeñas, además, habían recibido al menos tres tratamientos previos.
En un paciente con cáncer de páncreas, que permaneció en estudio durante más de seis meses, el tumor se redujo en un ocho por ciento y hubo una reducción del 83 por ciento en el ADN derivado del tumor que circula en el torrente sanguíneo, señaló la doctora Garralda.
Efectos secundarios menores
El Instituto de Oncología de Vall d’Hebron detalló que el fármaco Omomyc tuvo pocos efectos secundarios y controlables. Los niveles de dosis más altos se asociaron con más reacciones a la infusión.
También se evaluó si la vida del fármaco en el organismo del paciente era suficiente para tener un impacto sobre el tumor. El análisis de cómo se absorbió y procesó Omomyc en el cuerpo indicó que permaneció durante al menos 50 horas en la sangre, y, posiblemente, todavía más en los tumores.
Omomyc busca bloquear la proteína MYC
El fármaco busca inhibir la proteína MYC, la cual estimula la multiplicación de las células y que está hiperactivada en la mayoría de los cánceres.
Así, se convierte en el primer fármaco oncológico dirigido contra una proteína del núcleo de las células, a diferencia de las terapias moleculares dirigidas contra proteínas de la membrana, a las que es más fácil acceder.
Los resultados obtenidos hasta ahora “nos dan motivos para ser optimistas”, valora Laura Soucek, investigadora del VHIO que empezó a trabajar en la proteína MYC hace 25 años y que ha persistido hasta que ha conseguido desactivarla. Entre investigadores del cáncer, la MYC era calificada de como imposible de tratar con fármacos.
Omomyc es el primer inhibidor de MYC en completar con éxito un ensayo clínico de fase I y estar listo para pasar a un ensayo de fase II.