El director del parque, ahora separado del cargo, llegó incluso a sacrificar cabras pigmeas para la cena de fin de año.
Animales del Zoológico Zoochilpan, de la ciudad de Chilpancingo (estado de Guerrero, México), fueron vendidos o intercambiados de manera ilegal y otros sacrificados para el consumo humano. Las responsabilidades apuntan a José Rubén Nava Noriega, quien fuera director del lugar y fue separado del cargo para someterlo a un proceso de investigación.
Así lo informó en conferencia de prensa el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) de la entidad, Ángel Almazán Juárez.
Las irregularidades salieron a la luz después que en enero se dejó morir a un venado que había sido rescatado por habitantes del fraccionamiento Jardines de Zinnia.
Almazán Juárez informó que el animal, mordido por un perro, fue trasladado al zoológico con heridas leves; sin embargo, como determinaron las investigaciones, no fue atendido de manera adecuada e incluso se le cortó la cornamenta.
A partir de ese caso se reportó la sustracción de algunos animales que habitaban en el denominado pulmón verde de la capital del estado, por lo cual la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inició las indagatorias correspondientes.
El funcionario mencionó otras irregularidades cometidas bajo la dirección de Nava Noriega, entre ellas que “intercambió” cuatro ejemplares de watusis -una raza bovina originaria de África- por materiales, herramientas e insumos necesarios para el parque, sin que nada de eso fuera encontrado en el lugar.
Además, el directivo habría recibido en ese “‘trueque’ 65.000 pesos (3.459 dólares), cantidad que en última instancia debía ser ingresada a las arcas del zoológico y tampoco apareció.
“El movimiento realizado con los watusis nunca le fue notificado a la Semaren, a la Semarnat o a la Profepa”, puntualizó Almazán Juárez.
Por su parte, el jefe del Departamento de Vida Silvestre de la Semaren, Fernando Ruiz Gutiérrez, apuntó que el exdirector del zoológico dispuso de cuatro ejemplares machos de cabras pigmeas para utilizarlos en la posada de fin de año, es decir, “fueron sacrificados y cocinados” para la cena.
Hizo hincapié en que con esto se puso además en riesgo la salud de los comensales, “porque no eran animales aptos para el consumo humano“.
De acuerdo con las autoridades de la Semaren, se produjeron múltiples anomalías con otros ejemplares, como borregos, coyotes, reptiles, halcones y guacamayas, de todo lo cual se obtuvieron pruebas a través de documentos, testimonios de trabajadores y fotografías.
De momento, la Secretaría de Contraloría del gobierno de Guerrero adelanta las indagaciones pertinentes para determinar responsabilidades y, si posible, localizar a los animales desaparecidos.