Una madre encuentra a su hija desaparecida por 27 años en México (VIDEO)

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La mujer había reportado la desaparición de Juana, de entonces 3 años, el 1 de octubre de 1995 en el interior del Bosque de Chapultepec, un importante parque urbano de la capital mexicana.

Una mexicana desaparecida en 1995, cuando apenas tenía tres años de edad, se reencontró con su madre luego de haber permanecido separadas por 27 años, informó el pasado viernes la fiscal general de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy.

La reunión de madre e hija, calificada por Godoy de “histórica y emotiva”, fue posible luego de que Juana, ahora llamada Rocío, se reconociera a sí misma en un volante de búsqueda, con una fotografía suya de cuando apenas era una niña, que había difundido en redes sociales una fundación para personas extraviadas. “Fue así como Rocío y la fundación se acercaron a la Fiscalía Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que de inmediato inició el trabajo pericial de toma de muestras genéticas”, explicó la fiscal.

Rocío, de 30 años, y la que podría ser su madre fueron sometidas por separado a pruebas biológicas de laboratorio antes de su primer acercamiento en persona. Finalmente, los estudios estadísticos para determinar el índice de maternidad arrojaron un perfil genético con una probabilidad de coincidencia entre ambas mujeres del 99.999 %. Madre e hija fueron informadas del resultado el pasado 12 de octubre en una oficina de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en compañía de peritos, médicos, psicólogos y personal de atención a víctimas. 

Según detalló la fiscal Godoy, en los próximos días, con base en las entrevistas y testimonios que las dos involucradas deberán rendir ante el Ministerio Público, se intentará reconstruir y determinar los detalles del extravío de Rocío, el 1 de octubre de 1995 en el interior del Bosque de Chapultepec, un importante parque urbano de la capital mexicana.

En ese entonces, su madre había reportado la desaparición de la pequeña ante el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea), luego de lo cual se emitió un boletín. “Pese a la poca difusión que en su momento se dio al caso, dicho fotovolante tuvo eco en algunas asociaciones civiles que se sumaron a su búsqueda”, aseguró Godoy, resaltando la importancia que tuvo la aparición de las redes sociales, gracias a las cuales, casi tres décadas después, se dio el feliz reencuentro.