En punto de las 16:20 horas de ayer, la NASA, con la ayuda del Observador de Dinámica Solar, capturó a X7.1., una llamarada solar de gran intensidad que se destacó por brillar enérgicamente en la parte inferior izquierda de nuestro Sol.
La actividad solar ha mantenido un ritmo rápido y constante en los últimos meses, pues antes de X7.1., durante el mes de julio, las y los expertos ya habían detectado una docena de erupciones solares similares.
Sin embargo, X7.1. se diferencia de otras llamaradas solares por su gran intensidad, pero ¿cómo medir o conocer qué tipo de llamarada se nos presenta en su mayor magnitud?
Para clasificar el tipo de llamaradas o erupciones solares, la NASA las clasifica con una letra y una serie de números.
Las letras corresponden al tipo de corrientes de energía que viajan en estas llamaradas y el tamaño de esas; B y C son las más débiles, seguidas de M y X, la más poderosa de todas.
Aunque sólo las clasificadas entre M y X llegan a producir un impacto en la Tierra, debido a que la intensidad de su carga eléctrica es tal que logra cargar eléctricamente a la atmósfera superior.
El número indica más especificidades acerca de su tipo de intensidad.
Entre las afectaciones que una llamarada de gran intensidad puede producir -informa la NASA- se encuentran la interrupción de comunicaciones de radio, problemas en las redes eléctricas y alteraciones en las señales de navegación.
Cabe destacar que las llamaradas provienen de manchas solares que, de acuerdo con Dean Pesnell, científico del Observatorio de Dinámica Solar, estas cada vez son más y mayor tamaño; sólo en el pasada mes de julio, cuantificaban 14 de ellas.
Por ello, Pesnell advirtió que las llamaradas solares seguirán siendo un fenómeno que se presente con cierta regularidad, persistiendo hasta el 2025, pues el Sol se mantendrá en su máximo solar en lo que resta de este año y se extenderá durante el próximo.